Como no podía ser de otra forma, mi último top es sobre mi pueblo, Eibar. No es bonito, y tampoco tiene monumentos especiales que resaltar, pero simplemente me gusta. El ambiente que se respira cuando sales a «potear» no lo he vivido en ningún otro lugar, las cenas que se celebran cuando hay motivo de fiesta es un ritual para las cuadrillas, y el sentimiento de ser eibarrés es el que enorgullece y del que muchos presumimos cuando estamos lejos. Ahora vivo en Barcelona, pero pienso en la vuelta, en esa rutina que he dejado atrás, el salir a la calle y saludar a unos y a otros, el tomar el cafecillo en el mismo bar de siempre o ir al campo de fútbol y animar a los armeros. La próxima visita, en San Andrés, ¡nos vemos en la «azoka»! 🙂
Fuente: http://es.wikipedia.org
Cien Pies 